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Feb

Mala digestión, la raíz de todas las alteraciones del cuerpo

Uno de los pilares para una vida saludable es la digestión. Según el Ayurveda nuestra capacidad de digerir los alimentos está directamente ligada con nuestro estado de salud y enfermedad. Esto se debe a que el fuego digestivo se relaciona con la capacidad del cuerpo para construir o destruir los tejidos del cuerpo humano.

A esta fuerza en nuestro cuerpo que se encarga de llevar a cabo la digestión en Ayurveda se le conoce como agni, lo cual podemos traducir como fuego. El fuego es el elemento de la transformación y la transmutación de una sustancia de un estado a otro, proceso al que se le conoce como metabolismo. El metabolismo puede actuar de dos maneras, tiene dos vías, el catabolismo y el anabolismo. El catabolismo son aquellas reacciones de transformación mediante las cuales se obtiene como resultado la descomposición de una sustancia en partículas o elementos  más pequeños o simples. Por su lado, el anabolismo es el proceso mediante el cual se construyen nuevas estructuras o tejidos más complejos a partir de componentes o partículas más simples o pequeños.

La fuerza del agni está presente donde quiera que haya reacciones químicas o bioquímicas, y hace parte del dosha Pitta, por lo que las alteraciones de este dosha influyen en las variaciones del agni. Se considera que una digestión adecuada es aquella en la que la sustancia digerida o transformada no deja residuos, y simplemente es transformada. Cuando quedan residuos tóxicos en la transformación se consideran subproductos de una mala digestión, y dicha sustancia se denomina AMA, la sustancia base de toda enfermedad física, mental y energética, según el Ayurveda.

Existen 4 estados en los que se puede encontrar nuestro agni o fuego digestivo; normal, variable, bajo o alto. El agni normal o balanceado se denomina Samagni, el mismo no es demasiado alto ni bajo, es estable. Nos permite digerir adecuadamente toda la comida, sin deja ningún residuo tóxico. es el estado del agni que permite construir un cuerpo físico, mental y energético saludable.

El agni variable se denomina Vishmagni, este a veces es alto y a veces es bajo, es característico de las personas con desequilibrios de tipo Vata, tiende a tener picos en los que el fuego digestivo está muy alto y como consecuencia genera a lo largo del día o la semana momentos con una sensación de apetito voraz, y otros momentos en los que no hay nada de apetito. Estas personas tienden a tener bajo peso corporal, y dificultades para crear tejido en el cuerpo. Su tratamiento incluirá plantas que estabilicen el agni, una alimentación fraccionada a lo largo del día, y terapias corporales que apaciguan la fuerza Vata.

Por su parte, un agni constantemente alto se denomina tikshagni, característico de los desequilibrios tipo Pitta. Este genera una completa digestión de los alimentos, con apetito insaciable, y de no haber algo para consumir, puede generar un desgaste de los tejidos del cuerpo, como el de la grasa, además de una indigestión ardiente, y un consumo del revestimiento del estómago o el tracto digestivo. La terapéutica incluirá fórmulas herbales con plantas que apaciguan el agni, sin alterar la fuerza Pitta, regular la cantidad de actividad física y mental, y terapias corporales enfriantes.

Por último, cuando la persona posee un apetito constantemente bajo, su fuego digestivo es bajo, lo cual se denomina Mandagni. Este tipo de agni  es característico en los desequilibrios tipo Kapha. Las personas con dicho desequilibrio tienen tendencia a sentirse pesados y cansados después de comer. Tienen tendencia a un metabolismo lento, y si su alimentación supera su capacidad de digestión, tiene tendencia a aumentar de peso y generar mucho ama. Su tratamiento incluirá cualquier acción que lleve al movimiento y la producción de calor, además de fórmulas herbales picantes y calientes.

Finalmente, vale la pena mencionar que el estado de nuestro agni digestivo impacta en el agni de nuestra mente, considerándose la existencia de una relación entre la manera que digerimos nuestra comida, y la manera en que digerimos nuestros pensamientos y emociones. También, se describe una relación de reciprocidad entre ambos, por lo que trabajando en el tratamiento de uno de los dos, se trabaja indirectamente en la otro.

El equilibrio del fuego digestivo es un paso fundamental hacia el reequilibrio de nuestra salud. No somos lo que comemos, sino lo que digerimos. Namasté.