
Cannabidiol (CBD), una nueva arma para luchar contra el alzhéimer
En cualquier caso, esto es lo que sugieren todos los datos preclínicos (estudios in vitro e in vivo en animales) disponibles actualmente sobre el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer (EA) con CBD. De hecho, el CBD puede actuar sobre varios de los mecanismos clave que subyacen a la enfermedad y, por lo tanto, tiene el potencial no solo de ralentizar, sino de revertir la progresión de la enfermedad, algo que ningún otro tratamiento ha podido lograr.
La EA, cuyo día internacional tuvo lugar el 21 de septiembre, es una enfermedad cerebral degenerativa crónica, y es la causa más común de demencia (alrededor del 50% al 75%) en los ancianos. Actualmente, se estima que 50 millones de personas en todo el mundo sufren demencia compatible con la EA, una cifra que se espera que se duplique en Europa y se triplique en todo el mundo para 2050.
Esta enfermedad provoca una lenta degeneración de las neuronas, dando lugar a trastornos de la memoria reciente, las funciones ejecutivas (proyectar, organizar, planificar) y la orientación en el tiempo y el espacio. El paciente pierde gradualmente sus facultades cognitivas y su autonomía.
Mecanismos de la enfermedad:
La EA se caracteriza por la presencia de 2 fenómenos principales. Por un lado, la formación de las denominadas placas de proteína “β-amiloide”, que se acumularán, comprimirán y eventualmente destruirán las neuronas. Y por otro lado, el papel de otra proteína llamada “tau” normalmente presente en la estructura de las neuronas pero que, en la EA, se verá alterada generando aglomeraciones que acabarán deformando las neuronas y provocando su muerte. Durante muchas décadas se consideró que estos dos fenómenos principales eran el origen de la enfermedad. Sin embargo, en los últimos años, un gran número de estudios han cuestionado esta hipótesis, a favor de otros mecanismos como el estrés oxidativo y la neuroinflamación.
También es interesante señalar que el estrés oxidativo es un mecanismo patológico ya presente en muchas enfermedades (cáncer, enfermedades neurodegenerativas, autoinmunes) además de ser la principal causa del envejecimiento prematuro. Se define como el resultado de un desequilibrio entre la producción de moléculas oxidantes y nuestras defensas antioxidantes que conducen al daño celular. Es una de las consecuencias de nuestra forma de vida actual (contaminación, tabaquismo, mala alimentación, etc.).
En cuanto a la neuroinflamación, es el resultado de una inflamación sistémica de nuestro organismo, denominada de “bajo grado”, que se extenderá a nuestro cerebro y producirá daño neuronal. Esta inflamación la produce, entre otras cosas, nuestra dieta industrializada pero también condiciones como la obesidad o la diabetes tipo II.
CBD y el Sistema Endocannabinoide (ES):
Con base en los nuevos descubrimientos realizados sobre el origen de la EA, muchos estudios se han centrado en el cannabidiol (CBD), particularmente por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y neuroprotectoras.
El CBD es uno de los múltiples cannabinoides que se encuentran en la planta de cannabis sativa. Prácticamente no tiene efecto psicoactivo, y no produce efectos nocivos para la salud, ni dependencia, a diferencia del Delta-9-Tetrahidrocannabinol (THC) también presente en la planta de cannabis y muy utilizado como droga recreativa. La acción del CBD se basa en gran medida en el funcionamiento del SE, formado por un conjunto de receptores específicos de las sustancias (endocannabinoides) que normalmente produce el organismo, y que se encargan de regular el equilibrio de un gran número de funciones fisiológicas del cuerpo (sueño, estrés, dolor, sistema inmunológico).
Efectos del CBD en la DA:
El CBD puede actuar directa e indirectamente sobre el equilibrio oxidativo al modificar el nivel y la actividad de los oxidantes y antioxidantes, reduciendo así el estrés oxidativo resultante. Además, su actividad antioxidante es entre un 30 y un 50% superior a la de la vitamina E o la vitamina C. Además, otras investigaciones han demostrado que el CBD, a través de su poder antiinflamatorio, puede reducir la neuroinflamación y mejorar las funciones cognitivas y de memoria. Finalmente, el CBD reduciría los depósitos de placas amiloides y los agregados de proteínas tau alteradas, reduciendo así la degeneración de las neuronas.
Próximamente, deberían comenzar los ensayos clínicos con voluntarios que padecen EA, con el fin de evaluar el impacto del CBD en la evolución de la enfermedad y en el estado clínico de los pacientes, y permitir, en caso de resultado positivo, equiparse con una nueva arma. Contra AD.